La intervención terapéutica con niños y adolescentes presenta ciertas particularidades que vienen dadas por la singularidad y el número de cambios que experimentan en su desarrollo bio-psico-social durante este período de la vida.

Además, niños y adolescentes no suelen interpretarse a sí mismos como necesitados de ayuda; son los padres los que acuden a consulta solicitando ayuda con alguna conducta o actitud de sus hijos, que consideran problemáticas.

Debido a la cantidad de factores que interactúan en todos estos ámbitos, en la mayoría de las ocasiones, además de la terapia con el niño/adolescente es importante la intervención familiar, en forma normalmente, de entrenamiento de los padres.

Este entrenamiento es un factor importantísimo para el buen desarrollo de la terapia debido a que ellos son los que controlan los elementos más significativos para los niños, al menos hasta los 13 o 14 años.

De esta manera se utilizan estrategias a partir de las cuales, los padres pueden modificar la dinámica de su relación en casa, fomentando la conducta social y disminuyendo las conductas desadaptativas o problemáticas.

Los problemas por los que los padres suelen demandar ayuda están relacionados con: conductas desafiantes (falta de límites y problemas en la convivencia diaria), trastornos de la conducta alimentaria, apatía, ansiedad social, depresión, conductas autolesivas, etc. Problemas relacionados con el ámbito familiar, escolar y con la construcción y entendimiento de la personalidad del niño o adolescente.